lunes, 27 de abril de 2009

1.- PROCESOS COGNITIVOS Y APRENDIZAJE

El aprendizaje parte del conjunto de procesos cognitivos que le permiten al ser humano conocer la realidad. Todos ellos tienen como base la neurológica la corteza cerebral. Los procesos de aprendizaje son percepción, atención, memoria, pensamiento, lenguaje, inteligencia. Revisaremos cada uno de estos procesos y su relación con el aprendizaje.

1.1. PERCEPCION
La percepción alude a la capacidad de integrar estímulos provenientes del ambiente (interno y externo del organismo) organizarlos y darle sentido como totalidad. En términos concretos percibimos configuraciones de estímulos y no estímulos aislados.

Toda percepción implica diferenciar dentro de la totalidad una parte principal llamada figura del resto de la totalidad denominada fondo, por lo tanto en todo acto perceptivo se va a dar la relación figura-fondo. No es posible percibir todos los estímulos que acceden a la apercepción en un mismo plano.

Asimismo la percepción se rige por las leyes que regular en acto de percibir. Todas las leyes de la percepción tienen como finalidad ordenar los estímulos percibidos de acuerdo a los distintos criterios de manera de facilitar la construcción del significado que posen para la persona que esta percibiéndolos. Las leyes de la percepción más importantes son: proximidad, semejanzas, continuidad, cierre, simplicidad.

1.2 ATENCION
La atención se define como la focalización de la percepción en un set de estímulos. La atención implica dirigir nuestros sentidos hacia estímulos determinados. Asimismo, se denomina concentración a la mantención de la atención en un conjunto de estímulos por un periodo prolongado.

La principal característica de la atención es la selectividad, es decir, la atención permite que el cerebro trabaje con una determinada cantidad de información proveniente del medio y no con otra, porque esto no seria posible, De este modo, la atención se construye en un verdadero filtro del cerebro.

La atención es un proceso fundamental para el aprendizaje, ya que su acción permite que el individuo efectivamente pueda adquirir nuevos contenidos al discriminar la información que la persona procesara e integrara.

1.3 MEMORIA

La memoria corresponde a la retención o almacenamiento de información. En la memoria participan tres procesos:
· Codificación
· Almacenamiento
· Recuperación.

La codificación cosiste en asignar un código determinado a la información que desea retener, este puede ser una imagen, un símbolo, una idea, una palabra, etc.; la retención implica almacenar la información por un periodo de tiempo y la recuperación es traer al presente una información almacenada.

Es posible distinguir en la estructura de la memoria tres tipos de memoria:

· Sensorial
· Corto plazo
· Largo plazo

La primera es capaz de retener información por un periodo no superior a centésimas de segundos, la segunda retiene información por un lapso de aproximadamente 20 segundos, la tercera puede retener información por un periodo indeterminado de tiempo (minutos, horas, días, meses, años)

La articulación entre los tres tipos de memoria se puede entender a través del modelo modificado de Atkinson y Shiffrin (Davidoff, L., 1995). La memoria sensorial hace referencia al registro de estímulos brutos y carentes del significado realizado por el sistema sensorial del individuo (Feldman, R., 1998). La memoria sensorial se sustenta fundamentalmente en el registro en el registro visual (icónico) y auditivos (ecoico). El paso de la información de la memoria sensorial a la memoria de corto plazo, supone la participación de la atención. En este sistema, la información se almacena en términos de su significado, a través del proceso de codificaron, anteriormente señalado. La transferencia de información de la memoria de corto plazo implica que la información tenga un procesamiento mas elaborado, que normalmente se expresa en la compresión del contenido adquirido.
En ese contexto, el aprendizaje se producirá, cuando la persona transfiera la información de la memoria de corto plazo a la memoria de largo plazo. Esto significa que la persona debe realizar un proceso intencionado para aprender.



1.4 PENSAMIENTO

El pensamiento es talvez el proceso cognitivo mas complejo del ser humano. En términos generales, el pensamiento alude a la representación mental que construimos de la realidad (Paez, D.). En el pensamiento se desarrollan diversos procesos que participan en la conformaron de las representaciones. Entre estos procesos están la imaginación, abstracción, análisis-síntesis, clasificación o categorización, conceptualización, comprensión; también dentro del pensamiento se presentan las estrategias de resolución de problemas expresadas en los llamados, razonamientos (inductivo, deductivo y analógico)

Todo aprendizaje complejo implica la participación de los procesos del pensamiento para que se produzca efectivamente la adquisición de nuevas conductas o conocimientos.

1.5 LENGUAJE

El lenguaje, referido a la comunicación verbal, es un proceso cognitivo íntimamente ligado al pensamiento. El lenguaje verbal es un sistema estructurado de símbolos (sonido y signos) con significados que proporciona regalas para combinar los símbolos (Davidoff, L. 1995).

La relación del lenguaje con el pensamiento radica que en que el lenguaje nutre de pensamientos para construir nuevas representaciones, las que requieren del lenguaje para su comunicación.

En la actualidad los aprendizajes complejos producidos fundamentalmente en la educación formal se basan en el lenguaje verbal, por lo que este constituye un proceso central en la adquisición de nuevos conocimientos.

1.6 INTELEIGENCIA
Corresponde a la capacidad para comprender el mundo, pensar en forma racional y emplear recursos de manera efectiva cuando se enfrentan a desafíos (Feldman, R., 1998). En términos generales, la inteligencia hace referencia a la capacidad de resolver problemas.

Históricamente se ha discutido mucho a cerca de la naturaleza de la inteligencia humana, en cuanto a que seria una capacidad única, o más bien, correspondería a múltiples capacidades que coexisten y que tienen que ver con la resolución de problemas de diversa naturaleza. En este ultimo sentido, el aporte mas significativo que ha sido plateado por el psicólogo norteamericano H. Gardner (1999), plantea la existencia de a lo menos siete tipos de inteligencia que estarían presentes en el ser humano, ellos son: la inteligencia verbal, matemática, musical, espacial, cinésica ( coordinación psicomotora) intrapersonal, interpersonal.

En su relación con el aprendizaje, la inteligencia posee un alto valor dado que su desarrollo incide directamente, tanto en el proceso como en el logro de resultados en la adquisición de conocimientos.

jueves, 23 de abril de 2009

EL APRENDIZAJE.
Por aprendizaje se entiende “un cambio más o menos permanente de conducta que ocurre como resultado de la práctica” (Hilgard y Marquis). Significa, por tanto, la aparición de una conducta nueva -que posee un alto grado de permanencia- y que surge como consecuencia de la actividad y experiencias anteriores.
En este sentido, la conducta aprendida difiere de la conducta instintiva. En efecto, el instinto es una pauta fija de acción de carácter innato, es decir, no es algo aprendido. Seguramente los animales poseen un gran número de instintos, pero no así el hombre ( se citan sólo instintos muy escasos y rudimentarios, como el instinto de succión en el bebe). Por ello, el hombre debe aprender prácticamente todo.
“Consideremos los cambios que ocurren en el comportamiento de un niño durante sus primeros años de vida. En este período, el niño se moldea o socializa, para convertirse en un miembro activo de su sociedad. Para poder hacer esto en cualquier cultura, debe aprender las formas apropiadas de interactuar con las personas… aprender a evitar las situaciones potencialmente peligrosas, a pensar en forma lógica y realista; aprender a percibir el mundo como lo perciben los otros , y las muchas respuestas y ajustes distintivos que hacen que él sea diferente de los demás. Es una maravilla que consiga aprender todas estas cosas. El hecho de hacerlo es prueba de la notable plasticidad del comportamiento humano y de su sistema nervioso.
Esta plasticidad parece extenderse por todo el reino animal. Aunque todavía no se sabe con certeza todo acerca del aprendizaje de los organismos unicelulares, organismos an inferiores como las planarias poseen una rudimentaria capacidad de aprender, y el aprendizaje se ha demostrado repetidamente en los vertebrados desde los peces hasta el hombre. La cantidad y las clases de cosas que pueden aprenderse aumenta considerablemente en los mamíferos superiores, y el hombre se distingue por su enorme capacidad de aprender.( C.T. Morgan, R.A. King, Introducción a la psicología. Madrid, Aguilar, 1978, p. 69.)
No solamente cambia la conducta cuando aprendemos algo. La permanencia del cambio indica que ha habido una modificación más profunda en las neuronas activas del cerebro que regulan el comportamiento. Pero este cambio no es observable; lo único que se puede observar es el cambio de conducta o aprendizaje.





Inteligencia y Aprendizaje.
Vivimos en el mundo, adaptándonos a él. La percepción nos da ya una información sobre el mundo y nos permite una primera adaptación. El aprendizaje permite una adaptación mucho más activa, puesto que desencadena respuestas a la realidad que nos rodea. Pero las respuestas aprendidas tienen un carácter de cierta rigidez: son respuestas estereotipadas a situaciones repetidas y “sabidas”. ¿Qué pasa cuando el animal y el hombre se encuentran en situaciones nuevas y, sobre todo, ante dificultades y problemas? Entonces entra en funcionamiento la inteligencia o “capacidad para resolver problemas”, que poseen también los animales. Pero quizá sólo el hombre posee otra forma de relacionarse con el mundo: el pensamiento abstracto.
“La inteligencia es la solución de un problema nuevo para el sujeto, es la coordinación de los medios para alcanzar un cierto objetivo que no es accesible de manera inmediata; mientras que el pensamiento es la inteligencia interiorizada, y se apoya no ya sobre la acción directa, sino sobre un simbolismo, sobre la evocación simbólica por el lenguaje, por las imágenes mentales, etc., que permiten representar lo que la inteligencia sensorio-motriz, por el contrario, va a captar directamente”. (J. Piaget, Problemas de psicología genética. Barcelona, Ariel, 1978pp. 18-19)
Cuando se intenta resolver un problema, normalmente se manejan datos presentes y percibidos en el momento… Pero a veces el hombre se distancia y “piensa” ¿Qué es lo que sucede entonces? Ya no se está en contacto con la realidad, sino que entre las cosas y la mente se han interpuesto “símbolos”, es decir, representaciones mentales de la realidad. Estos símbolos pueden ser imágenes, palabras o conceptos.
El Lenguaje.
El hombre utiliza el lenguaje como medio: 1) de expresión (es el uso más temprano: sonidos que expresan sentimientos; más tarde se usarán palabras); 2) de regulación de la acción (la acción queda bajo control verbal: los niños se dan instrucciones a sí mismos acerca de lo que están haciendo, tanto más cuanto más difícil es la tarea; a partir de los 6-7 años, este hablarse a sí mismo es substituido por el pensar silencioso); 3) de comunicación (al principio el niño no es capaz de ponerse en el punto de vista del otro: habla egocéntrica); y 4) de representación (pensamiento simbólico con palabras).
¿Cómo hemos aprendido a hablar? ¿En qué se basa nuestra posibilidad del lenguaje hablado?
*Para Skinner, el aprendizaje del lenguaje se aplica por el condicionamiento operante. Los niños comienzan a balbucear muy pronto ; entonces los padres, sin darse cuenta generalmente, refuerzan (mediante aplausos, risas, etcétera) la pronunciación de las sílabas que se parecen a palabras existentes. En concreto, las consonantes p y m y las vocales a y e son muy frecuentes en el balbuceo infantil. El niño ensayará sonidos como pa o ma y el refuerzo de los padres será inmediato y constante. Se dice: “El niño ha dicho papá” como si fuera algo que llega por sí solo. Habría que decir: “Ya hemos conseguido que el nuño –reforzándole- aprenda a decir papá. Procesos de imitación (del lenguaje de los padres) y de asociación (de las palabras con las cosas) intervendrán es este aprendizaje.
* Sin embargo, está teoría no parece explicar suficientemente el aprendizaje de las reglas gramaticales (el simple refuerzo no bastaría). Y si los niños imitan el lenguaje de los padres, ¿Por qué dicen “ponido” en lugar de decir “puesto”( como dirá más tarde, justamente por mecanismo de imitación y refuerzo negativo). Por esta razón, la teoría innatista de Chomsky intenta suplir las deficiencias de la teoría del aprendizaje. Aboga, en efecto, por la existencia de estructuras generativas profundas e innatas comunes a todos los hombres, junto a otras más superficiales y adquiridas, variables según las lenguas.
Extractado de: C. Tejedor, Introducción a la Filosofía

martes, 14 de abril de 2009

Procesos cognocitivos

GUÍA DE APOYO DE CONTENIDOS
La Memoria
Si no tuviésemos memoria, a pesar de los órganos de los sentidos no seríamos conscientes de lo que habíamos visto, oído o percibido, porque los estímulos pasan a través de nosotros sin dejar huellas. Debido a la función de recepción y retención en el cerebro que llamamos memoria, conocemos ciertos estímulos que percibimos. No todo lo retenemos; cuando vamos por una calle vemos miles de caras, oímos innumerables ruidos, percibimos gran número de estímulos. Los más pasan sin dejarnos huella, pero retenemos la imagen general de la calle, quizá el cuadro más interesante de una exposición o el contenido de una conversación, esto es, aquello que ha llamado nuestra atención.
Una de las funciones básicas de la memoria, la de adquisición o retención, está relacionada con la atención. El material adquirido es retenido; el tesoro de la memoria preserva para su utilización posterior los conocimientos que va adquiriendo. La retención del material (retentiva) es la base de la tercera función de la memoria, el reconocimiento. Solo podemos reconocer un nuevo estímulo si lo hemos ya experimentado con anterioridad y si entonces fue fijado en nuestra mente (fijación) de tal modo que al compararlo con el nuevo nos lleve a reconocer su igualdad o semejanza. Pero la memoria no consiste solamente en un aparato que responde mecánicamente a los estímulos exteriores. Podemos intencionalmente reproducir el material que hemos adquirido y retenido, es decir, poseemos la función de evocar el pasado. La evocación se produce mediante la función de la memoria que llamamos recuerdo o función de recordar.
Fuente. W. Wolf. Introducción a la Psicología. México, Fondo de cultura económica, 1970, pp.84-85
En general, cuando se habla de “memoria” se suele entender la memoria “verbal”. Pero ésta es una visión excesivamente estrecha. Por eso, el filósofo francés H. Bergson (1941) propuso una distinción que no ha sido recogida por los psicólogos: hay una memoria-recuerdo, que retiene los estados de conciencia (imágenes de todo tipo, pensamientos, estados afectivos), y una memoria-hábito, que retiene nuestras experiencias pasadas pero sin evocar su imagen. La memoria-hábito es, por tanto, más hábito y automatismo que memoria en sentido estricto:”Parece haber una memoria involuntaria de los miembros…-decía Marcel Proust-. Piernas y brazos están llenos de recuerdos adormecidos”. Sin embargo, en todo lo que sigue nos referiremos únicamente a lo que la psicología entiende por “memoria”; la memoria-recuerdo.
Precisamente es M. Proust quién nos ha dejado las mejores descripciones acerca de la memoria en “En busca del tiempo perdido”
“ Así ocurre con nuestro pasado. Es trabajo perdido el querer evocarlo, e inútiles todos los afanes de nuestra inteligencia. Ocultase fuera de sus dominios y de su alcance, en un objeto material (en la sensación que ese objeto material nos daría) que no sospechamos. Y del azar depende que nos encontremos con ese objeto antes que nos llegue la muerte, o que no lo encontremos nunca”
Y Proust cuenta cómo, en su infancia, tuvo esta experiencia al tomar el té con una magdalena:
“Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba”
Lo que revive es, pues, únicamente un sentimiento. Proust repite el sorbo de té y la sensación comienza a aminorarse:
“ Ya se ve claro que la verdad que yo busco no está en él, sino en mi. El brebaje la despertó, pero no sabe cuál es, y lo único que puede hacer es repetir indefinidamente, pero cada vez con menor intensidad, ese testimonio que no sé interpretar y que quiero volver a pedirle dentro de un instante y encontrar intacto a mi disposición para llegar a una aclaración decisiva. Dejo la taza y me vuelvo hacia mi alma. Ella es la que tiene que dar con la verdad. Pero ¿cómo? Grave incertidumbre ésta cuando el alma se siente superada por sí misma, cuando ella, la que busca, es justamente el país oscuro por donde ha de buscar, sin que le sirva para nada su bagaje. ¿Buscar? No sólo buscar; crear. Se encuentra ante una cosa que todavía no existe y a la que ella sola puede dar realidad y entrarla en el campo de la visión”
De pronto, el recuerdo surge, y con él muchos otros: todo un fragmento del pasado se reconstruye…” (M. Proust, En busca del tiempo perdido .Madrid, Alianza, 1979, vol.I, pp 60-64)
Este texto de Proust sugiere la idea de que hay en la memoria recuerdos imborrables, pero difícilmente recuperables. Las investigaciones que inició W. Penfield, un neurocirujano de la universidad de Montreal, en 1951, parecen confirmar esta idea: al excitarse eléctricamente algunas zonas del cerebro, brotan involuntariamente recuerdos puntuales y detallados que parecían absolutamente olvidados. Los recuerdos deben estar, pues, representados en el cerebro de alguna manera; pero la naturaleza de esa huella o “engrama” no es bien conocida todavía.
Los primeros estudios experimentales importantes se deben a H. Ebbinghaus (1885), quien estudió el modo como se retienen series de sílabas sin sentido. Influido por el asociacionismo, concluyó que el mecanismo de la memoria requiere una única actividad: repetición suficiente para que los datos a recordar se asocien entre sí, formando cadenas.
La psicología cognitiva actual considera que la repetición no lo explica todo. En realidad, el ser humano interpreta los datos en función de sus conocimientos previos, y así construye sus recuerdos. Nuestra memoria no es como una cámara fotográfica, sino como un pintor que crea un cuadro según su propia personalidad. Así, los recuerdos contienen más que los hechos vividos ( hay todo un trabajo de estructuración e interpretación), y también menos (hay una selección de hechos relevantes y una eliminación del resto).